La docencia en Lengua y Literatura hoy
Qué es ser docente de Lengua y de Literatura hoy?
Según mi concepción de la docencia, ser hoy profesor, es principalmente ser un “mediador”entre la persona- educando y el objeto de estudio que en este caso es la Lengua y la Literatura.
Entiendo al educando como una persona que tiene valor por sí misma y en consecuencia aparece revestida de la dignidad que la vuelve merecedora de respeto.
La persona es un ser singular, único, irrepetible, insustituible, incomparable y con plena libertad de sus pensamientos y actos. La persona posee en sí y no fuera de sí, la universalidad y la totalidad.
El ser humano parece ser mucho más humano cuando se le ve como persona y no meramente como un individuo, sujeto o recurso humano.
En el caso del objeto de estudio “Lengua” el docente debe convertir el aula en un espacio donde la lengua aparezca en instancias de acción y de reflexión donde el alumno se entusiasme al interactuar con distintos tipos de textos orales y escritos en diferentes situaciones comunicativas cargadas de sentido. El saber hacer en el área de Lengua debe estar sustentado por la reflexión sobre la lengua y su uso. Es saber conversar, saber escuchar, saber leer, saber escribir en distintas situaciones comunicativas, con diversos propósitos y ajustándose a los requisitos necesarios para lograr un desempeño adecuado a las exigencias del mundo contemporáneo.
Y con respecto al caso de ser docente en el área de Literatura, considero que el docente debe guiar al educando a descubrir el valor estético de la obra literaria. El docente debe ayudar a que el alumno se “sumerja” en esos mundos imaginarios hechos con palabras. Es aprender a conocer un lenguaje que nos remite a distintas imágenes, sensaciones, emociones. Es aprender a deleitarse con la belleza estética de un texto, es “saborear” este arte hecho con palabras.
Para ejemplificar el concepto de docente- mediador entre el arte (Literatura) y el alumno, quiero compartir con Uds. esta hermosa narración:
“Diego no conocía el mar. El padre Santiago Kovadloff lo llevó a descubrirlo.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho
caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor,
que el niño quedó mudo de la hermosura.
Y cuando por fin, consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
_¡Ayúdame a mirar!
Eduardo Galeano: El libro de los abrazos
4 comentarios
Noemi Martinez -
Brenda Rodriguez -
Prof. Martín Elgueta -
Desde la semiótica, uno podría enumenrar que cuando se habla de texto los sentidos aludidos serían:
a).- "el ser humano en tanto texto singular donde se escribe una historia única, irrepetible, insustituible que merece respeto"
b).- "El objeto privilegiado de la Lengua".
c).- "El soporte estético de la literatura"
d).- "Un objeto que está en situación de «entre» el docente y el estudiante".
e).- "Como océano que se presta a la mirada... pero también como anteojos con qué mirar"
Seguimos en contacto disfrutando tus aportes.
sara Bartolomé -